domingo, 26 de diciembre de 2010

Una vez el plan escrito... hay que darlo a conocer

En uno de los anteriores post hablábamos de la importancia de los planes de emergencia en general y dentro de ellos de los planes de evacuación en las escuelas. Cabe decir que la redacción de estos documentos debe realizarse acompañada de personal experto en la materia, y antes de su aprobación interna, la lectura y revisión por parte de consultores externos al centro. Posteriormente, dependiendo de la legislación vigente en cada comunidad, se verá sometido -el plan- a una exhausta revisión por parte de las autoridades públicas.

LO PONEMOS EN MARCHA

Existe una prueba de carácter crucial que nos permitirá saber si nuestro plan es efectivo o necesita ampliarlo y completarlo con otras estrategias: los SIMULACROS. Un simulacro pone en marcha aquello anteriormente descrito, y ayuda a ver la reacción humana -la más importante- delante de una situación de crisis.

No describiremos como realizar un simulacro, ya que éste debe ir organizado y acompañado por personal experto ajeno al centro, y por personal interno para supervisar y hacer lo más real posible.
Invitar a cuerpos intervinientes como sanitarios, de rescate o de seguridad garantizaran una mejor supervisión, detección de errores y fallos y propuestas de soluciones y medidas a seguir.

NUESTRO TRABAJO COMO EDUCADORES

Garanticemos la llegada de la importancia de los simulacros a los alumnos del centro. Con los más pequeños, realizamos ejercicios en modo de role-playing y con los más mayores, visualicemos videos de otros actos, imágenes, desastres reales por no llevar a cabo una verdadera responsabilidad.
Creemos, pues, nosotros, nuestra propia metodología de enseñanza aplicada a nuestro grupo clase real.

En clave:
  • Elaborar un plan de emergencia y evacución es tan importante como darlo a conocer
  • Los simulacros, examenes de nuestro plan.
  • Diseñemos, los educadores, nuestra propia metodología de enseñanza del mismo.

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